sábado, 4 de febrero de 2012

Anda tú a volar

A lo mejor mañana me inspiro más para escribir, no haría mal, meses que tenia botado este espacio...seguro que mi fan club ahora tiene vida. ¡Vida! el tema central de muchos pseudo-filósofos, de esos a los cuales ya me he cansado de tirarle tachos de basura lingüística en la cabeza, pero no dejaré de hacerlo. Es un espacio entre la no-existencia, eso es lo más factible, pero de que se necesita darle un significado, es cierto, se necesita, uno lo necesita. Tienes una proyección común, general, en el que basas todas tus acciones, ni mear puedes sin coordinarlo de alguna implícita y rebuscada forma con tu máxima proyección en la vida. Al grano, la mía es ser libre. ¿Suena fácil? Nah, TODOS te lo impiden de alguna forma. No lo digo de resentido, ni con esa actitud de "ándate a vivir a una isla" (como odio ese razonamiento), pero sólo hacen falta un par de reflexiones en el metro o en la micro (sin audífonos) para ponerse a hilar, fino, pero hilar. Lo más imperante en todo esto es ser una persona desentendida de todos, malinterperetada en lo que hace, por culpa del yugo del prejuicio. Dices que eres satanista y te asocian a un pendejo malulo que lo hace por moda o por querer llevar la contra, y tarde o temprano terminarás encontrándote en los brazos de ese que no existe. Dices que eres libertario y te asocian a un adolescente desordenado y sucio que raya A's de anarquia en todos lados y quiere que todo sea caos y fuego. Esa obsesión de la gente por convencerse de que no es igual al resto, los llevan a ridiculizar tus posiciones, para convencerse de lo radicales y especiales que (no) son. Lo desagradable no es lo que piensen, sino que actúan contigo en base a todo lo anterior, lo más desagradable aún es cuando gente de tu familia suele encasillarte, ridiculizarte (o intentarlo) y poder moldearte y pegarte tus buenos palos, para que seas otro código de barras viviendo en la ilusión de la falsa libertad, de la falsa autonomía cultural y pensante. Si crees que eres libre, no has volado tan alto como para topar con la jaula. Eso lo quiero cambiar. Lo voy a cambiar. No es la fé la que mueve montañas gente, es la convicción, el actuar con una flechita arriba que te ayuda con todo el peso del mundo, con cualquier basura de tonelada y media que te arrojen. Si tienes bien enfocado eso, nadie te puede detener.